9 razones para ver 'Emily in Paris'

Moda, comedia, amor y un recorrido por los mejores escenarios de París convergen en la nueva serie de Netflix.

El toque de queda, planes cancelados y bajas temperaturas. Está claro que el 2020 nos está privando de muchas cosas, pero la mejor manera de pasar este puente consiste en quedarse en casa con un combo que nunca falla: sofá, mantita y Netflix. Y si a esto le sumamos una de las series estrellas de este temporada mucho mejor.

Vía forbes.com

Desde su estreno el 2 de octubre no ha dejado de estar entre los destacados de la plataforma. Ya son muchos los que la han visto – incluso en más de una ocasión – y no han dejado de comentarla en su círculo social. Si tú todavía no estás entre ellos, he aquí nueve razones para ver (por fin) Emily in Paris:

1. La gran apuesta de Netflix de este otoño

Es evidente que cada vez que Netflix estrena uno de sus platos fuertes la expectación por las críticas y la aceptación entre el público se dispara. Emily in Paris ha sido una de esas series revelación de la temporada de otoño. Para amantes de la moda, de París y de las comedias románticas fáciles. Es la serie perfecta para hacer un maratón de fin de semana, sin salir de casa y pegado al sofá varias horas seguidas.

2. Historia fácil

Digamos que la trama de la serie es más bien recurrente, pues es posible que ya la hayamos visto antes. Algunos hablan de Emily in Paris como una nueva Sexo en Nueva York para la generación Z, del mismo modo que resulta imposible no pensar en filmes como El diablo viste de Prada o personajes como Blair Waldorf cuando se está viendo. La historia nos presenta a una chica estadounidense, Emily Cooper, que llega a París para hacerse cargo del social media de una empresa de marketing. Su problema: que no es bien recibida ni por su jefa ni por sus compañeros de trabajo. Sin embargo, lejos de amargarse, Emily se toma esta aventura como un gran reto profesional. Y estando en París, ¿qué le podría salir mal?

3. ¿Caricatura de la sociedad francesa?

Pese al éxito obtenido durante los primeros días de emisión, muchos han sido los que han criticado el retrato que hace de la forma de ser de los franceses y su modo de vida. Lo cierto es que la imagen que se ofrece de bordes, egoístas, infieles o vagos de los parisinos es exagerada, por no mencionar los siempre presentes estereotipos de “boina, croissants y oh là là!”. Aun así no debemos olvidar que Emily in Paris es una comedia, y como tal no deja de tener esas situaciones o clichés que se dan en todas las culturas alrededor del mundo.

4. París siempre es buena opción

Desde que su protagonista aterriza en París para iniciar su vida laboral y convertirse en influencer, recorremos los rincones más fascinantes de la capital francesa. Iconos de la ciudad como los jardines de Luxemburgo, la Ópera Garnier, la plaza del Trocadero con vistas a la Torre Eiffel, el Moulin Rouge o los jardines del Palais Royal, donde conoce a su amiga Mindy, conforman un marco inigualable a orillas del Sena. Y no es lo único: restaurantes como Le Grand Véfour o Le Café de Flore, o zonas del barrio Latino, como el distrito 5 donde está el apartamento de Emily, o de Montmartre, donde Camille y Emily posan con “la calle más bonita de París” de fondo nos transportan a la ciudad de la luz. Y es que en medio de una pandemia, cuando viajar resulta más complicado que antes, este recorrido ficticio no hará más que incrementar las ganas de escaparse a París.

5. ‘Lookazos’ de la mano de sus protagonistas

Looks y estilos para todos los gustos: desde los atrevidos conjuntos de Emily, donde no faltan estampados y mix de colores, hasta la elegancia y sencillez de Sylvie, la jefa de Savoir, pasando por los looks más chic de Camille, la novia del guapo chef Gabriel. Y no son solo los estilismos de ellas: capítulo aparte merece Julien, el chico cool de la oficina.

6. Una pasarela de lujo

Channel, Moschino, Dior, Dolce and Gabbana, Saint Laurent, Stephan Rolland, Christian Siriano... Si algo tiene la nueva serie de moda son estilismos de las mejores marcas. Tanto Emily como el resto de personajes lucen vestidos, abrigos o trajes de chaqueta de las boutiques más prestigiosas. Sin embargo, esto no quita que también veamos prendas de Zara y Asos porque la alta costura no está reñida con el low cost.

7. La importancia de los accesorios

Bolsos, colgantes, zapatos y, como no, gorros, sombreros y boinas. Los accesorios son indispensables: desde sandalias de Giuseppe Zanotti, salones de Louboutin o botines de Zara, hasta bolsos de Elie Saab, TopShop o Maje. Esa premisa en el mundo de la moda de que “los accesorios hacen al look” no puede estar mejor representada en cada uno de los estilismos de esta serie.

8. El guiño a Gossip Girl

Ese momento en el que una sofisticada Emily al más puro estilo Audrey Hepburn llega a la ópera para solucionar su metedura de pata – o mejor, de estilo – con Pierre Cadeau en el taller del diseñador nos deja un final inesperado. Quién iba a pensar que el gran diseñador iba a ser un declarado fan de una de las series americanas por excelencia. Y cuidado, SPOILER porque desvela el final de la serie y la identidad del personaje que se escondía detrás: el chico solitario.

9. Porque queremos que haya temporada 2

Es acabar la primera temporada de la serie y querer seguir viendo más y más. Los diez capítulos de aproximadamente media hora con los que se ha dado a conocer Emily in Paris nos saben a poco. Aunque tenemos motivos para creer (y esperar) que la segunda temporada pueda ser una realidad. Primero, porque el final de la temporada deja varias incógnitas de cara a una nueva tanda de episodios: ¿Seguirá adelante la relación de Emily y Mathieu? ¿Qué pasará con Gabriel? ¿Continuará Emily trabajando en Savoir después del éxito del desfile? Y segundo, porque el propio creador de la serie, Darren Star, ha desvelado algunas ideas que propone para futuros episodios. Sin duda, esperamos que se cumpla.