Reservoir Dogs y la empatía con los malos de la película
- ALEJANDRO HERNANDEZ VILLAS
- 15 dic 2020
- 2 Min. de lectura
Reservoir dogs es una película de Quentin Tarantino, trata de la historia de 6 criminales que, bajo los nombres de colores, siendo estos el señor Blanco, el Naranja, el Azul, el Rosa, el Marón y el Rubio, van a atracar un almacén donde guardan diamantes sin pulir. Pero como suele ocurrir en las películas de Quentin Tarantino, los primeros planes son un fracaso; Naranja tiene un tiro en el abdomen y se está desangrando, Blanco esta conduciendo a toda velocidad para llevar al herido al sitio seguro, “la fábrica”, que será el sitio clave donde se articulará toda la película. Esta película empieza en media res, donde sin conocer a los personajes ni su oficio, vemos como debaten sobre el significado de las canciones de Madonna como “Like a Virgin” y poco a poco vamos descubriendo mediante el uso inteligente de los flashbacks del origen de nuestros mal aventurados protagonistas y de como se forma este particular grupo de atracadores.
Respecto a la figura de estos personajes estos son racistas, malhablados y algunos de ellos psicópatas, representan la lacra de la sociedad y uno de los mayores pecados capitales de la misma, la avaricia, siendo este el que los lleve a su destrucción. Desconfían unos de otros, no saben quien ha sido el “soplón” que les ha traicionado, porque la policía estaba en el almacén de los diamantes antes que ellos ni siquiera lo atracaran. ¿Puede ser el señor blanco, el rosa, el rubio? Nadie lo sabe, ninguno lo es definitivamente, tiene que esperar al jefe, Joe, para que les saque las castañas del fuego y recoger los diamantes que el señor Rosa ha escondido. Lo que no saben es que el señor Naranja, es el infiltrado. Este pastel no se desvela hasta que, en el momento de más tensión de la película, cuando Joe, un veterano en esta clase de negocios apunta con su arma a Naranja porque sabe que él es el culpable, es apuntado por el señor Blanco, el cual había forjado una estrecha amistad con Naranja. Esta es la mezcla perfecta para el desastre, todos mueren, menos Naranja y Blanco los cuales se están desangrando lentamente aguardando la llegada de la policía. Banco confió ciegamente en que Naranja no fuera el infiltrado, Naranja se lo confiesa; y entre lágrimas y rabia contenida, llega la policía a la escena. El último plano de la película es uno centrado en la cara de impotencia y despecho de Blanco, el sonido de su pistola y los disparos de la policía. En definitiva, en esta película nuestros protagonistas son los villanos y deja un sabor amargo, porque llegas a empatizar con los mismos, a pesar de ser criminales y no esperas que fueran a morir. Es una película de obligado visionado y que no dejará a nadie indiferente.
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