'Batch cooking' para dummies o cómo organizarse en la cocina sin morir en el intento

Fuente: 20minutos.es (EMMA GARCÍA)

Querido zeta, amigo universitario, ¿eres un desastre en la cocina? ¿Por mucho que quieras ser realfooder la pila de trabajo que acumulas semanalmente te impide organizarte y al final acabas pidiendo comida o recurriendo a platos precocinados? ¡No sufras! En este post me he colado en la cocina de Zeighties para hablarte del batch cooking, técnica que, por muy innovadora que suene, podríamos traducir al castellano como preparar tuppers. Vaya, como cuando vas a ver a tu madre o a tu abuela y vuelves con dolor de espalda de cargar con muchos tuppers que te solucionarán la semana.

Como habrás podido comprobar si utilizas redes sociales, Internet está obsesionado con la productividad, la administración del tiempo y en una era frenética en la que no paramos de hacer cosas, es normal que esto se traslade a la cocina, sobre todo si queremos cuidarnos ya que, al no tener tiempo solemos recurrir a lo rápido, que a menudo suele ser lo menos sano.

El batch cooking es simplemente el acto de preparar o cocinar grandes porciones de distintas comidas que son versátiles y te pueden servir para mezclarlas en varios menús a lo largo de la semana. Se suele dedicar un par de horas en la tarde del domingo, para que al empezar la semana tengas la nevera llena de tuppers y luego no dediques ni diez minutos a preparar comidas entre semana. Sí, puede que pasar dos horas en la cocina durante el domingo no parezca muy atractivo de primeras, pero entre semana agradecerás llegar a la hora de la comida o de la cena y no tener que pensar. Además puedes tomarte esas dos horas de forma relajada y cocinar mientras escuchas algún podcast o tu playlist favorita. Así que, esta técnica te servirá para ahorrar tiempo y no solo eso, sino que al tener unos menús planificados, también ahorrarás dinero y desperdiciarás menos comida. Si todo esto te resulta atractivo, vamos a sumergirnos en el batch cooking paso a paso:

Primero, planifica el menú semanal

Antes de ir a comprar deberás preparar un planning de que te gustaría comer cada día. Si tienes 0 inspiración puedes acudir a Google y verás que en cuanto tecleas “Batch cooking” aparecen cientos de resultados en Pinterest, YouTube o Instagram con muchas ideas de las que te puedes servir. Intenta priorizar verduras, legumbres, proteína y no te olvides de las grasas saludables. Piensa en alimentos versátiles: por ejemplo, las legumbres, puedes usar garbanzos para un estofado o una ensalada y luego congelarlos para más adelante hacer hummus. Esta forma de planificación no implica comer todos los días lo mismo, busca la variedad y el dinamismo, es normal que no quieras comer garbanzos todos los días. Muchas veces puedes congelar lo que te sobre y reservarlo para la semana siguiente.

Se supone que este planning está ahí para ayudarte, no para estresarte, tómatelo como una guía y al principio hazlo a lápiz por si sobre la marcha ves que hay que cambiar algo.

Segunda parada, tu supermercado de confianza

Una vez que tengas el plan de menú, haz una lista con todo lo que vas a comprar. Antes de cocinar ten en cuenta factores como si necesitas descongelar algo, dejar unas legumbres en remojo…Asegúrate de tener los recipientes adecuados para guardar todo. ¡Reutiliza! Muchas veces no hace falta que compres botes nuevos, puedes reutilizar botes de conservas de cristal que hayas ido gastando.

¡Manos a la obra!

Llega el momento de ponerse cómodos y entrar en la cocina así que reserva un par de horas en tu domingo, pon música o un podcast y al lío. Piensa en qué orden vas a seguir y en que hay tareas que puedes hacer en paralelo, puedes hacer un sofrito mientras cortas más verduras o dejar algo cocinando en el horno mientras vas limpiando los utensilios. Esto último es importante, para no terminar con la pila llena de cacharros, intenta limpiar mientras cocinas.

Un par de utensilios (que no son imprescindibles pero te pueden ayudar)

Una batidora de mano: para hacer pures, salsas, smoothies…no ocupa demasiado espacio, se lava rápidamente y es la más asequible.

Una procesadora de alimentos: solemos pensar en la Thermomix pero hay alternativas asequibles. Con ella llegas a otro nivel y te ahorras llorar cortando cebolla porque lo hace por ti. También puedes hacer hummus y otras salsas porque puede triturar frutos secos.

Almacenar y congelar lo cocinado

Como vas a cocinar mucha comida, asegurarte de que se conserva bien es imprescindible. Todo lo que no vayas a consumir en los próximos cuatro días debería ir al congelador. Algunos consejos sobre congelar comida cocinada:

- Según el Departamento de Agricultura de EEUU, si la comida estaba bien cuando la hemos congelado, puede mantenerse congelada de forma indefinida. Eso sí, el tiempo que permanece en el congelador afectará a su sabor y a cómo se descongela, pero es seguro comerla.

- El Ministerio de Sanidad nos ofrece en su web algunos consejos:

• Envasar los productos en porciones pequeñas

• Usar bolsas de plástico herméticas, que deben usarse una sola vez

• Hay que recordar que los alimentos cuando se congelan se expanden

• “Lo primero que entra es lo primero que sale”, anota la fecha de congelación

• Si congelas alimentos después de cocinarlos, no olvides dejarlos enfriar antes de introducirlos en el congelador, ya que al introducirlos calientes, puedes afectar negativamente a la temperatura de otros.

• No debemos recongelar los alimentos, ya que sucesivas congelaciones, restan calidad a los alimentos y facilitan su contaminación.

Las formas seguras de descongelar son: en el frigorífico, en agua fría y en el microondas. No es recomendable descongelar un producto a temperatura ambiente ya que entre los 5ºC y los 65º las bacterias se multiplican rápidamente.

Pues ya estaría, con esta guía puedes empezar a preparar tus menús cada semana, pero si estás un poco falto de inspiración, aquí te dejo algunas cuentas de Instagram de las que puedes sacar muchas ideas: